domingo, 11 de septiembre de 2016

Pan de yogurt y espelta


Con esta entrada retomamos los panes. Después de varias pruebas, y aun estando lejos del resultado que estoy buscando he encontrado una receta de un pan con harina de espelta que nos ha gustado mucho. Es una versión de una receta del libro "Atrévete con el pan" que compré en La Casa del Libro hace un par de años. Estaba escondido en el fondo de un cajón y haciendo limpieza ha aparecido, con un montón de recetas facilitas y muy resultonas, las cuales iré haciendo a lo largo del invierno.
Tenia ganas de probar la harina de espelta en una elaboración. Es un cereal muy de moda en la actualidad, pero que no deja de ser del mismo género del trigo (Triticu).
La espelta proviene de la escanda silvestre, que es un  híbrido natural entre Triticum boeoticum Boiss y, posiblemente, Agolpase speltoides Tausch, originarios de Oriente Próximo, donde restos de este cereal han sido encontrados en diferentes asentamientos arqueológicos. Se extendió por el Mediterráneo de forma rápida y en la Península Ibérica fue explotada desde los mismos inicios de la agricultura, hace unos cinco milenios.
La cosecha por hectárea es inferior a la del trigo y el procesamiento es más difícil, pero la espelta soporta un clima más rudo y es más resistente contra enfermedades. Aun así en el siglo XX disminuyó el cultivo, porque conlleva un bajo rendimiento. En el sur de Alemania se cosecha parte de la producción de espelta en forma cruda para luego tostarla. Se usa para la preparación de panes y diferentes bebidas alcohólicas.
En la actualidad, la espelta está generando mucho interés, entre otras razones, porque en algunas prácticas de la llamada medicina alternativa se ha propuesto su consumo para el tratamiento de distintos problemas de salud. Sin embargo, y a pesar de que en algunos foros, recomiendan este cereal como indicado para intolerantes al gluten, la espelta también contiene gluten, con lo cual no es apta para celíacos. Todas las variedades de trigo resultan tóxicas para las personas con trastornos relacionados con el gluten y no pueden ser consumidas por estos.
La espelta es rica en minerales como el sodio, magnesio, potasio, azufre, calcio o hierro. Es fuente de vitamina E, B1, B2 y B3, conteniendo además los 8 aminoácidos esenciales. Además, contiene Omega 3 y 6, muy adecuados para cuidar nuestro sistema cardiovascular. 
Hoy en día es fácil encontrar la espelta en grandes supermercados, aunque su precio es como unas 4-5 veces el precio de la harina. 
A la hora de comprarlo y para evitar fraudes, mirad atentamente su composición, ya que a veces viene mezclada con harina de trigo común.
Y ahora vamos con la elaboración. 

Ingredientes:

90 ml leche
1 huevo
120 g yogur griego
350 g harina de espelta (se puede hacer con harina de trigo común)
15 g levadura fresca
25 g azúcar
25 g mantequilla
6 g sal



Elaboración:

Ponemos todos los ingredientes (a temperatura ambiente) en el bol de la amasadora utilizando el gancho de amasar.


Amasamos hasta que la masa se despegue de las paredes del bol y pasamos a mesa enharinada para hacer una bola.


Mientras reposa unos 20 minutos (menos tiempo si hace mucho calor en nuestra cocina) preparamos un molde rectangular, engrasando las paredes y forrado de papel de hornear, para que nos sea mas fácil desmoldarlo una vez cocido.


Ponemos la masa en el molde, procurando que cubra todo el fondo.


Dejamos fermentar hasta que sobresalga del molde.


Calentamos el horno a 180ºC y con ayuda de unas tijeras hacemos unos cortes en forma de pico en la superficie. Si creéis que no os va a salir bien, lo dejáis tal cual. Podéis pintar con huevo batido o dejar tal cual.


Horneáis unos 20 minutos, controlando la temperatura para evitar que se nos queme y una vez dorado, sacamos del horno y dejamos templar antes de desmoldar.


La verdad es que queda muy bonito y además, esta muy bueno. Tiene un aroma un poco ácido y para desayunar con un buen aceite de oliva, es una delicia.



Se puede rebanar congelar, de esa manera solo hay que tomar una rebanada del congelador y descongelar a la vez que se tuesta para desayunar. Así, se puede hacer un pan grande, aunque seamos pocos para comer en casa.
Espero que os haya gustado y os atreváis a hacerlo. Ahora que aún hace calor, la fermentación es muy rápida y este tipo de panes se hace en un santiamén. Hasta la próxima.

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